En declaraciones recientes decía George R. Martin que su final no va a diferir tanto del de la serie. Es difícil no preguntarse en qué sentido; gran parte de lo que estamos viendo en pantalla no parece que pueda trasladarse a las novelas.
En las novelas no existe la figura del Rey de la Noche; o, por lo menos, no es el mismo tipo de personaje. En las novelas Altojardín, Dorne y Roca Casterly no pueden caer con la vergonzante facilidad con que cayeron en TV, entre otras cosas porque aunque Loras y Margaery pudieran morir en Desembarco del Rey hay otros dos hermanos Tyrell, Garlan y Willas. En las novelas Bran apenas ha completado su viaje. En las novelas Stannis aún sigue vivo. No tengo ninguna duda de que, cuando finalmente Martin retome la historia, el modo que elija para resolver tantísimas tramas será mucho menos simple que el que han escogido Weiss y Benioff.
La semana pasada comentaba que, viendo el tercer capítulo de esta última temporada me sentí, sobretodo, engañado.
Es cierto que en retrospectiva y considerando la narrativa de la adaptación de HBO, que Arya Stark matara el Rey de la Noche puede tener algún sentido. No lo tiene bajo las claves de la fantasía épica ni según la mitología interna de Poniente, pero igual sí dentro del show. Pero para mi este era un tema menor; la gravedad residía en el foco de estos últimos episodios.
Llevamos años, ocho temporadas oyendo esto del invierno que se acerca; temiendo a los Caminantes Blancos. El foco era este. Este era el gran enemigo a batir: el anillo a destruir, el señor oscuro a destronar. El mal venía del norte, la noche eterna, y parecía que teníamos mas o menos claro que las peleas entre los señores de Poniente eran solo esto, peleas mezquinas, pequeñeces comparadas con la envergadura de lo que estaba por venir.
Bien; en la serie nos equivocábamos. En la serie el gran mal, el gran enemigo, la noche eterna es cosa que se ventila en un solo episodio y de una sola puñalada. Tras usar este manido recurso del "muere el jefe, mueren todos" que simplifica enormemente el problema, y reducir el problema a alguna clase de cruzada personal de esta criatura, el Rey de la Noche, vencer el invierno era cosa fácil. Si lo pensamos, si solo era cuestión de apuñalar con obsidiana o hierro Valyrio a la criatura, incluso podría haber terminado mucho antes y con menos bajas. Encima, el Rey de la Noche era un Darth Maul frío sin ningún carisma que, en su último ataque, ni siquiera acabó con suficientes de estos personajes con quienes llevamos tanto tiempo como para que se pudiera calificar de tragedia. En su ataque, en su derrota, no hay apenas emoción. Ni la hay tras la victoria. No hay espacio para la euforia de una fiesta en Endor, para la coronación de un nuevo rey. No queda espacio... porque está Cersei.
Y Cersei resulta ser el foco. Tampoco es tan sorprendente, si uno se para a pensarlo. Al fin y al cabo su desarrollo como personaje es el más fascinante de la saga, Lena Headey fácilmente puede ser su mejor actriz y en contra del Rey, ella desprende carisma. Solo con levantar una ceja da mas mal rollo que cualquier lanza helada que empuñara el Darth Maul de hielo.
Esta fue mi sorpresa: el anillo había caído al fuego, pero lo que interesaba, lo que de verdad queríamos ver, era la reconquista de la comarca de manos de Saruman. Estábamos mirando acercarse a un pequeño monstruo helado cuando la verdadera bestia, una leona herida, se agazapaba en el sur.
Bien, en este cuarto episodio ha llegado el momento del verdadero clímax: vayamos a por Cersei. Y viendo como se enfoca el asunto, me da que igual se pretende apelar a una interpretación simbólica del mito de Azor Ahai y la larga noche.
Quizás - igual que Melissandre - interpretamos de un modo demasiado literal el sentido de la profecía. Quizás la larga noche no venía de la mano de este ser despechado, destinado al fracaso. Quizás no era él quien tenía que morir para que el mundo viviera.
Quizás la larga noche es el reinado de otro monarca despechado. Otro monarca loco.
Quizás la larga noche es el reinado de Daenerys, y Azor Ahai, Jon, el héroe destinado a ponerle fin matándola y asumiendo el trono.
Porque asumámoslo: Daenerys ya hace tiempo que ha dejado de parecer del todo cuerda. En temporadas pasadas la hemos visto arrasar ciudades enteras, pasar por la espada a sus poblaciones para que todo encajara en su marco de "un mundo justo". La hemos visto quemar vivos a sus oponentes cuando no quisieron arrodillarse. La hemos visto colérica y arrogante; rodeada de buenos consejeros que, cada vez más, temen despertar al dragón.
Daenerys lleva des del principio refugiándose en su "derecho" sobre el trono. Uno puede argumentar que este derecho lo obtuvieron los Targaryen por medio de la conquista y la muerte, y que del mismo modo les fue arrebatado; no hay ley divina o humana que haga que Aegon sea más legítimo que Robert, ni éste más que Rob, Stannis o los varios reyes que hemos visto desfilar. El Rey es quien ocupa el trono: se puede vestir esta verdad desnuda como se quiera. Cuando Daenerys habla sobre su derecho, ¿cuan distinto es su planteamiento del de un maestro esclavista que afirma tener derecho sobre la vida y la muerte de un esclavo? Cree que los Siete Reinos son suyos; y los tomará pase lo que pase. Incluso si ahora aceptamos su punto de vista, resulta que ni siquiera así tiene razón: hay otro heredero Targaryen, y tiene más derecho al trono que ella. ¿De qué modo puede afectar a su cordura esta verdad? Todo su persona está construida entorno a una única cosa: ella es la reina verdadera. Quítaselo, y mata a sus dragones... y se derrumba a ojos vista.
Así, llegamos a lo que hemos visto hoy. Todos temen a Daenerys. La teme Varys, que la ve como un tirano. La teme Tyrion, que intenta desesperadamente convencerse que es el monarca que merece la pena servir. Los Stark la temen y desconfían de ella. Es irascible; exige obediencia absoluta des del primer segundo. No se gana el amor de nadie, se gana su miedo. De sentarse en el trono de hierro, ¿hay alguna duda a estas alturas de si los maestres del futuro la contarán del lado de los Targaryen locos o los cuerdos? Y qué es el largo reinado de una Reina joven y completamente loca sino una larga noche?
Igual esta es la vía que Benioff y Weiss persiguen. Igual mientras algunos nos quejábamos del tercer episodio nos pasaba por alto un movimiento sutil que, cuanto más lo pienso, más lo aprecio. En el siguiente capítulo veremos de qué modo piensa Daenerys arrasar Desembarco del Rey, pues no cabe duda que, por muchos consejos en contra que le den, esto es exactamente lo que hará. Hoy la hemos visto débil. Rhaegal ha muerto de un modo bochornoso, y la flota Targaryen ha quedado diezmada. Quizás en el quinto aparecerá con un enorme ejército salido de quien sabe donde y tendremos nuestra respuesta: aunque podría limitarse a comprar unas cuantas de estas fantásticas balistas de carga ultrarrápida y nadie en los siete reinos podría pararla. Mientrastanto las semillas de su derrota ya se han sembrado; sus consejeros conspiran contra ella, la Señora del Norte no se dobla, y solo uno de sus siervos fanáticos queda vivo.
Una vez se siente en el trono, veremos si Jon aún puede ser Azor Ahai.
Y algún día, en un futuro muy, muy lejano, si resulta que mi teoría es cierta... veremos si Martin se refería a esto cuando hablaba de un final similar.
En las novelas no existe la figura del Rey de la Noche; o, por lo menos, no es el mismo tipo de personaje. En las novelas Altojardín, Dorne y Roca Casterly no pueden caer con la vergonzante facilidad con que cayeron en TV, entre otras cosas porque aunque Loras y Margaery pudieran morir en Desembarco del Rey hay otros dos hermanos Tyrell, Garlan y Willas. En las novelas Bran apenas ha completado su viaje. En las novelas Stannis aún sigue vivo. No tengo ninguna duda de que, cuando finalmente Martin retome la historia, el modo que elija para resolver tantísimas tramas será mucho menos simple que el que han escogido Weiss y Benioff.
La semana pasada comentaba que, viendo el tercer capítulo de esta última temporada me sentí, sobretodo, engañado.
Es cierto que en retrospectiva y considerando la narrativa de la adaptación de HBO, que Arya Stark matara el Rey de la Noche puede tener algún sentido. No lo tiene bajo las claves de la fantasía épica ni según la mitología interna de Poniente, pero igual sí dentro del show. Pero para mi este era un tema menor; la gravedad residía en el foco de estos últimos episodios.
Llevamos años, ocho temporadas oyendo esto del invierno que se acerca; temiendo a los Caminantes Blancos. El foco era este. Este era el gran enemigo a batir: el anillo a destruir, el señor oscuro a destronar. El mal venía del norte, la noche eterna, y parecía que teníamos mas o menos claro que las peleas entre los señores de Poniente eran solo esto, peleas mezquinas, pequeñeces comparadas con la envergadura de lo que estaba por venir.
Bien; en la serie nos equivocábamos. En la serie el gran mal, el gran enemigo, la noche eterna es cosa que se ventila en un solo episodio y de una sola puñalada. Tras usar este manido recurso del "muere el jefe, mueren todos" que simplifica enormemente el problema, y reducir el problema a alguna clase de cruzada personal de esta criatura, el Rey de la Noche, vencer el invierno era cosa fácil. Si lo pensamos, si solo era cuestión de apuñalar con obsidiana o hierro Valyrio a la criatura, incluso podría haber terminado mucho antes y con menos bajas. Encima, el Rey de la Noche era un Darth Maul frío sin ningún carisma que, en su último ataque, ni siquiera acabó con suficientes de estos personajes con quienes llevamos tanto tiempo como para que se pudiera calificar de tragedia. En su ataque, en su derrota, no hay apenas emoción. Ni la hay tras la victoria. No hay espacio para la euforia de una fiesta en Endor, para la coronación de un nuevo rey. No queda espacio... porque está Cersei.
Y Cersei resulta ser el foco. Tampoco es tan sorprendente, si uno se para a pensarlo. Al fin y al cabo su desarrollo como personaje es el más fascinante de la saga, Lena Headey fácilmente puede ser su mejor actriz y en contra del Rey, ella desprende carisma. Solo con levantar una ceja da mas mal rollo que cualquier lanza helada que empuñara el Darth Maul de hielo.
Esta fue mi sorpresa: el anillo había caído al fuego, pero lo que interesaba, lo que de verdad queríamos ver, era la reconquista de la comarca de manos de Saruman. Estábamos mirando acercarse a un pequeño monstruo helado cuando la verdadera bestia, una leona herida, se agazapaba en el sur.
Bien, en este cuarto episodio ha llegado el momento del verdadero clímax: vayamos a por Cersei. Y viendo como se enfoca el asunto, me da que igual se pretende apelar a una interpretación simbólica del mito de Azor Ahai y la larga noche.
Quizás - igual que Melissandre - interpretamos de un modo demasiado literal el sentido de la profecía. Quizás la larga noche no venía de la mano de este ser despechado, destinado al fracaso. Quizás no era él quien tenía que morir para que el mundo viviera.
Quizás la larga noche es el reinado de otro monarca despechado. Otro monarca loco.
Quizás la larga noche es el reinado de Daenerys, y Azor Ahai, Jon, el héroe destinado a ponerle fin matándola y asumiendo el trono.
Porque asumámoslo: Daenerys ya hace tiempo que ha dejado de parecer del todo cuerda. En temporadas pasadas la hemos visto arrasar ciudades enteras, pasar por la espada a sus poblaciones para que todo encajara en su marco de "un mundo justo". La hemos visto quemar vivos a sus oponentes cuando no quisieron arrodillarse. La hemos visto colérica y arrogante; rodeada de buenos consejeros que, cada vez más, temen despertar al dragón.
Daenerys lleva des del principio refugiándose en su "derecho" sobre el trono. Uno puede argumentar que este derecho lo obtuvieron los Targaryen por medio de la conquista y la muerte, y que del mismo modo les fue arrebatado; no hay ley divina o humana que haga que Aegon sea más legítimo que Robert, ni éste más que Rob, Stannis o los varios reyes que hemos visto desfilar. El Rey es quien ocupa el trono: se puede vestir esta verdad desnuda como se quiera. Cuando Daenerys habla sobre su derecho, ¿cuan distinto es su planteamiento del de un maestro esclavista que afirma tener derecho sobre la vida y la muerte de un esclavo? Cree que los Siete Reinos son suyos; y los tomará pase lo que pase. Incluso si ahora aceptamos su punto de vista, resulta que ni siquiera así tiene razón: hay otro heredero Targaryen, y tiene más derecho al trono que ella. ¿De qué modo puede afectar a su cordura esta verdad? Todo su persona está construida entorno a una única cosa: ella es la reina verdadera. Quítaselo, y mata a sus dragones... y se derrumba a ojos vista.
Así, llegamos a lo que hemos visto hoy. Todos temen a Daenerys. La teme Varys, que la ve como un tirano. La teme Tyrion, que intenta desesperadamente convencerse que es el monarca que merece la pena servir. Los Stark la temen y desconfían de ella. Es irascible; exige obediencia absoluta des del primer segundo. No se gana el amor de nadie, se gana su miedo. De sentarse en el trono de hierro, ¿hay alguna duda a estas alturas de si los maestres del futuro la contarán del lado de los Targaryen locos o los cuerdos? Y qué es el largo reinado de una Reina joven y completamente loca sino una larga noche?
Igual esta es la vía que Benioff y Weiss persiguen. Igual mientras algunos nos quejábamos del tercer episodio nos pasaba por alto un movimiento sutil que, cuanto más lo pienso, más lo aprecio. En el siguiente capítulo veremos de qué modo piensa Daenerys arrasar Desembarco del Rey, pues no cabe duda que, por muchos consejos en contra que le den, esto es exactamente lo que hará. Hoy la hemos visto débil. Rhaegal ha muerto de un modo bochornoso, y la flota Targaryen ha quedado diezmada. Quizás en el quinto aparecerá con un enorme ejército salido de quien sabe donde y tendremos nuestra respuesta: aunque podría limitarse a comprar unas cuantas de estas fantásticas balistas de carga ultrarrápida y nadie en los siete reinos podría pararla. Mientrastanto las semillas de su derrota ya se han sembrado; sus consejeros conspiran contra ella, la Señora del Norte no se dobla, y solo uno de sus siervos fanáticos queda vivo.
Una vez se siente en el trono, veremos si Jon aún puede ser Azor Ahai.
Y algún día, en un futuro muy, muy lejano, si resulta que mi teoría es cierta... veremos si Martin se refería a esto cuando hablaba de un final similar.
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